Enorme actuación de Ángel Cabrera

Ángel Cabrera estuvo al borde de la hazaña este domingo en Augusta. Peleó el Masters desde el primer día, y terminó en un muy meritorio segundo lugar, tras perder el desempate con el australiano Adam Scott. No pudo repetir el título de 2009. De todas maneras, el cordobés cerró una gran semana, ya que durante todo el torneo se mantuvo en los puestos de arriba, y el domingo arrancó puntero la última vuelta.



El desempeño del cordobés fue muy parejo: sus vueltas fueron de 71, 69, 69 y 70 golpes, el jueves, viernes, sábado y domingo, respectivamente. Tal como se menciona, estuvo siempre en los puestos de arriba, acompañado por distintos jugadores que iban subiendo y cayéndose. Aunque siempre hubo tres que estaban siempre ahí: Brandt Snedeker (con quien compartía la punta el domingo antes de empezar) y los australianos Jason Day y Adam Scott.

La última vuelta de Cabrera se dividió en dos partes. En los primeros nueve hoyos, el cordobés marcó dos birdies con los que se cortó un poco del resto. Brandt Snedeker, su acopmañante, rápidamente quedó fuera de competencia, con un birdie en el hoyo inaugural y dos bogeys seguidos (4 y 5) que lo alejaron de la punta; más allá de lo numérico, se notaba que el estadounidense no estaba fino con su juego. Cabrera finalizó el hoyo 9 punteando por dos golpes.

En los segundos nueve, sin embargo, a Cabrera se le empezó a complicar el juego. Cometió dos bogeys en los hoyos 10 y 13 que, apareados con el birdie de Jason Day en el 13, lo dejaban un golpe debajo de éste último. La ventaja de dos golpes se había transformado en una desventaja de un golpe. Finalizado el hoyo 15, Cabrera parecía definitivamente afuera: Jason Day había ampliado su ventaja a dos golpes sobre el argentino y, además, Adam Scott lo había superado, colocándose un golpe arriba de él. Pero un gran birdie en el 16 lo dejó empatado con Adam Scott; los bogeys de Day en el 16 y 17 dejaron al australiano un golpe debajo de los dos punteros.

En el 18 se vio la genialidad de Cabrera. Adam Scott había hecho birdie a ese hoyo, lo que obligaba a Cabrera a hacer el mismo score para ir a desempate. Y el de Villa Allende pegó un magnífico segundo tiro, que dejó la pelota a medio metro del hoyo. Consecuentemente, embocó el putt y quedó decretada la necesidad de un desempate con Adam Scott.
En el primer hoyo de desempate, Cabrera no logró aprovechar un error de Scott, que no logró llegar al green con su segundo tiro. Cabrera tampoco lo logró, y ambos hicieron approach y putt para hacer el par del hoyo.

En el segundo hoyo de desempate todo se definió sobre el green: tras dos muy buenas salidas y dos buenos segundos tiros, Cabrera erró su putt para birdie, mientras que Scott, con una mejor trayectoria de pelota (la superficie que debía recorrer la pelota del australiano hasta el hoyo era menos ondulada que la de Cabrera) embocó el suyo. Y el saco verde fue para Scott.

De esta forma, el australiano ganó su primer Major (en golf, equivale a los Grand Slam de tenis). Fueron muy sinceras las palabras de Cabrera para el australiano: “Adam es un justo ganador. Hubiera quedado contento si ganaba yo pero a él lo quiero. Es una gran persona y se merece este torneo”. Para el cordobés, en tanto, quedó trunco el sueño de repetir su hazaña de 2009 y, sobre todo, de regalarle el triunfo a Roberto de Vicenzo en su cumpleaños 90. Pero debe irse con la frente bien alta: jugó como un campeón, y superó a 90 de sus 91 competidores.



Por Esteban Perisset

Enorme actuación de Ángel Cabrera

Ángel Cabrera estuvo al borde de la hazaña este domingo en Augusta. Peleó el Masters desde el primer día, y terminó en un muy meritorio segundo lugar, tras perder el desempate con el australiano Adam Scott. No pudo repetir el título de 2009. De todas maneras, el cordobés cerró una gran semana, ya que durante todo el torneo se mantuvo en los puestos de arriba, y el domingo arrancó puntero la última vuelta.



El desempeño del cordobés fue muy parejo: sus vueltas fueron de 71, 69, 69 y 70 golpes, el jueves, viernes, sábado y domingo, respectivamente. Tal como se menciona, estuvo siempre en los puestos de arriba, acompañado por distintos jugadores que iban subiendo y cayéndose. Aunque siempre hubo tres que estaban siempre ahí: Brandt Snedeker (con quien compartía la punta el domingo antes de empezar) y los australianos Jason Day y Adam Scott.

La última vuelta de Cabrera se dividió en dos partes. En los primeros nueve hoyos, el cordobés marcó dos birdies con los que se cortó un poco del resto. Brandt Snedeker, su acopmañante, rápidamente quedó fuera de competencia, con un birdie en el hoyo inaugural y dos bogeys seguidos (4 y 5) que lo alejaron de la punta; más allá de lo numérico, se notaba que el estadounidense no estaba fino con su juego. Cabrera finalizó el hoyo 9 punteando por dos golpes.

En los segundos nueve, sin embargo, a Cabrera se le empezó a complicar el juego. Cometió dos bogeys en los hoyos 10 y 13 que, apareados con el birdie de Jason Day en el 13, lo dejaban un golpe debajo de éste último. La ventaja de dos golpes se había transformado en una desventaja de un golpe. Finalizado el hoyo 15, Cabrera parecía definitivamente afuera: Jason Day había ampliado su ventaja a dos golpes sobre el argentino y, además, Adam Scott lo había superado, colocándose un golpe arriba de él. Pero un gran birdie en el 16 lo dejó empatado con Adam Scott; los bogeys de Day en el 16 y 17 dejaron al australiano un golpe debajo de los dos punteros.

En el 18 se vio la genialidad de Cabrera. Adam Scott había hecho birdie a ese hoyo, lo que obligaba a Cabrera a hacer el mismo score para ir a desempate. Y el de Villa Allende pegó un magnífico segundo tiro, que dejó la pelota a medio metro del hoyo. Consecuentemente, embocó el putt y quedó decretada la necesidad de un desempate con Adam Scott.
En el primer hoyo de desempate, Cabrera no logró aprovechar un error de Scott, que no logró llegar al green con su segundo tiro. Cabrera tampoco lo logró, y ambos hicieron approach y putt para hacer el par del hoyo.

En el segundo hoyo de desempate todo se definió sobre el green: tras dos muy buenas salidas y dos buenos segundos tiros, Cabrera erró su putt para birdie, mientras que Scott, con una mejor trayectoria de pelota (la superficie que debía recorrer la pelota del australiano hasta el hoyo era menos ondulada que la de Cabrera) embocó el suyo. Y el saco verde fue para Scott.

De esta forma, el australiano ganó su primer Major (en golf, equivale a los Grand Slam de tenis). Fueron muy sinceras las palabras de Cabrera para el australiano: “Adam es un justo ganador. Hubiera quedado contento si ganaba yo pero a él lo quiero. Es una gran persona y se merece este torneo”. Para el cordobés, en tanto, quedó trunco el sueño de repetir su hazaña de 2009 y, sobre todo, de regalarle el triunfo a Roberto de Vicenzo en su cumpleaños 90. Pero debe irse con la frente bien alta: jugó como un campeón, y superó a 90 de sus 91 competidores.



Por Esteban Perisset