Y un día sucedió. Más tarde que temprano, pero llegó. Tras permanecer casi 3 años en la segunda categoría del fútbol nacional, Rosario Central goleó 3-0 a Gimnasia de Jujuy y abrochó el ansiado y merecido retorno a Primera.
Poco le importará al hincha canalla la actuación del equipo, lo necesario era ganar. En un primer tiempo en donde parecía que el encuentro se encaminaba a un empate y la pelota se trasladaba al duelo entre Ferro y Sarmiento, apareció un jugador ausente en gran parte del torneo: Javier Toledo. El centrodelantero auriazul, con más entrega que porte técnico, se iluminó y le asestó 3 golpes irreversibles a un Lobo jujeño que jamás se animó a atacar al puntero del certamen.
Promediando el complemento, el partido se dividió entre lo que sucedía en el campo de juego y lo que pasaba en las tribunas repletas de hinchas llegados desde Rosario. Ni el show de fuegos artificiales incomodó al árbitro Juan Pablo Pompei. Entendió que la situación estaba juzgada y quedaban pocos minutos para desatar una adrenalina contenida durante tres largas temporadas.
Entre llantos, cánticos y aplausos, Pompei finalizaba el duelo en Jujuy pero desataba la alegría de esas 10 mil personas que se llegaron hasta la Tacita de Plata. El equipo de Miguel Ángel Russo daba el zarpazo final. Ese Russo que estuvo a punto de irse. Ese Russo que confió, creyó en el plantel y pidió otra chance. El tiempo le dio la razón.
Pasaron técnicos, pasaron dirigentes, pasaron jugadores, se perdieron partidos increíbles, se estuvo cerca, se estuvo lejos, hubo polémicas, hubo errores, hubo aciertos, hubo esperanza, hubo desazón pero triunfó la perseverancia. Central volvió al lugar en el que merece estar. Rosario recupera uno de los clásicos más lindos del mundo. El domingo 19 de mayo de 2013 quedará en la memoria de propios y ajenos. El día del regreso, el día de barajar y dar de nuevo. Central es de Primera.
Por Leandro Garbossa
@leogarbossa
Resumen Sports 