Un empate que le cayó mejor al Sabalero

Racing se había puesto en ventaja a los 21 minutos del segundo tiempo con un gol de Mauro Camoranesi, luego de una gran jugada colectiva. Pero de contra, a los 40, Iván Moreno y Fabianesi marcó la igualdad.

Como dice el dicho futbolero, “si no haces los goles en un arco luego lo pagás en el propio”, fue exactamente lo que le paso a la “Academia”. Jugando un buen primer tiempo, con paciencia, protegiendo y monopolizando el balón, disfrutó de las más claras. Pero el uhhh de la gente, una y otra vez, eran sinónimos de que la pelota no entraba. Lo tuvo Luciano Vietto, de buen partido en varias oportunidades. La más clara, Maximiliano Pellegrino, la sacó en la línea. Por su parte el “Sabalero” se opacó y no supo como contrarrestar el dominio del local, apenas llegó con un remate desviado de Emmanuel Gigliotti.

En la segunda etapa, el local bajó el ritmo y de a poco fue disminuyendo el nivel.  Empezó a excederse en los pelotazos y a tratar con menos cariño el esférico. Por ello, Luis Zubeldía, decidió poner en campo a Luis Fariña para que se junte con el juvenil Rodrigo De Paul, otro que estuvo en buen nivel, para ser más agresivo en el ataque. Lo logró. De Paul disparó un centro preciso desde la izquierda, para que Vietto la baje y asista al veterano Camoranesi quien, con un remate violento, marcó el 1 – 0.  Pero con el correr de los minutos, los locales se dedicaron a proteger el resultado y dejaron de atacar. Por eso, cuando parecía que los tres puntos se quedaban en Avellanada, apareció Moreno y Fabianesi quien, luego de una jugada rápida por derecha que incluyó desborde y centro atrás, nada más tuvo que empujarla.

Los de Sante Fe se fueron conformes, se llevaron lo que vinieron a buscar. Mantienen la racha y no suman derrotas con Morant en el banco. En cambio la “Academia” perdió dos puntos y está a siete del líder Newell’s. Pero aún con el empate sigue en zona de clasificación a la Copa Sudamericana.Si quiere permanecer en ella tendrá que marcar los goles en el arco contrario sino, ya sabe, lo paga en el propio.

Por Fernando Bernardi